EL CASO CESAR

Es posible. Podemos afirmar eso, como respondemos a todos que nos preguntan que seres con un DNA humano (arriba del 99%), un cerebro totalmente desarrollado, una anatomia y fisiologia corporal practicamente humana, un sistema sanguineo que es compatible con el humano, por qué no sería posible un dia – como sucedió con Cesar del Planeta de los Símios: El Origen – conseguir hablar y llegar a desarrollar una lenguaje propia, mas allá de la que ya ellos tienen, de señales, gestos, actitudes y sonidos.

Relatabamos al periodista Marco Tulio, de la revista brasileña semanal Veja, cuando preparaba su excelente materia para la VEJA ON LINE, del pasado 7 de Septiembre, un caso que nos sucedió dias atrás, con Guga, chimpancé criado por nosotros desde los 3 meses de vida, y con el cual nos une a mi familia y a mi profundos lazos familiares.

Nosotros somos observadores privilegiados del “mundo chimpancé”, convivimos con ellos ya hace más de 12 años, y los observamos de cerca, como tal vez nadie en el mundo, lo pueda hacer a un grupo tan heterogeneo de seres, como los que abrigamos en el Santuário del GAP en Sorocaba, donde tenemos 53 de ellos.

Cada chimpancé es diferente uno del otro, como nosotros. Tienen caracteristicas propias, reacciones diferenciadas y habilidades diversas. Son chimpancés de cautiverio, algunos sufridos – producto de la violencia humana – física y mental, no obstante, que han superado muchos de esos traumas, y consiguieron sobrevivir a ellos y relacionarse con sus iguales y con los humanos que los cuidan y los aman.

El Homo sapiens, no muchos millares de años atrás, era como un chimpancé, se comunicaba con gestos, señales, actitudes y sonidos, no tenía la capacidad de articular palabras, a pesar de que su origen se remonta entre 2 y 4 millones de años atrás. Un día apareció un “Cesar humano”, que sufrió una mutación en aquel gen que le impedía de hablar, ya que configuraba su laringe de una forma que solo le permitía hacer sonidos, que cambió y comenzó a convertir aquellos sonidos en palabras y sus hijos y nietos, evolucionaron más rapidamente, hasta que la facilidad de hablar estaba configurada como algo permanente.

Si eso sucedió con el Homo sapiens, por qué no puede suceder con el Homo troglodytes? Si el hijo del bonobo Kanzi, Teco, no precisó de entrenamiento previo, como su padre, para usar un computador, aprendiendo esa habilidad a los dos años de edad, por qué un día el nieto de Kanzi o de Teco, intentará y conseguirá abandonar la comunicación via computador y comenzará a hablar? Nada impide que eso suceda. Es la historia de la evolución que lo prueba. Y más allá de ella, via ingenieria genética nosotros seremos capaces de acelerar todavia más ese proceso, y alcanzarlo mucho antes que la naturaleza lo haga. Alguién lo va a intentar? Sin lugar a dudas. Si hicimos que ciegos viesen, que sordos escuchasen, por qué no vamos a conseguir que alguién mudo de palabras, las consiga articular?

En mis sueños de nuestra lucha por el reconocimiento de los derechos básicos de los chimpancés y los grandes símios en nuestra sociedad, nunca me abandona la idea de que algun día un “Cesar chimpancé” defienda a sus iguales, con la palabra y la acción, de las iniquidades que los humanos han hecho con sus hermanos primitivos. Ellos hablarán y se harán escuchar!

Dr. Pedro A. Ynterian
Presidente, Proyecto GAP Internacional