Escuchamos hablar de este termino «enriquecimiento ambiental» hace ya más de una decada atras. Cuando buscabamos un local para aprender el manejo de chimpancés adultos, y la construcción de recintos apropiados, ya que nuestra experiencia era con bebes, terminamos en la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Texas, en un curso de manejo de primates y de la implantación del novedoso «enriquecimiento ambiental».
Después de dos semanas de entrenamiento, percibimos que habiamos entrado en un Centro de Tortura de Primates, donde 75 chimpancés – algunos ya retirados, otros todavia no – eran sometidos a experiencias medicas para desarrollar medicinas y vacunas contra varias enfermedades humanas, como Heátitis, HIV, Malaria, etc.
El enriquecimiento que nos enseñaron seria para usarlos con centenas de monos rhesus, viviendo en decenas de jaulas, en laboratorios tenebrosos, donde eran torturados día y noche con todos los tipos de sustancias que era evaluadas en sus cuerpos.
El enriquecimiento consistia de pequeños objetos, que ellos pensaban que funcionaban como juguetes, y algunos eran usados para esconder dulces o comidas, y que los primates ocuparian su tiempo de espera entre una experiencia medica y otra, jugando con los mismos.
El concepto se diseminó por el mundo, y todos los zoológicos para justificar que hacian algo diferente para combatir el tedio de seres inteligentes trancados en jaulas o pequeños recintos, expuestos al publico 8 horas por día, y despues encerrados más 16 en sus dormitorios, comenzaron a divulgar el «enriquecimiento ambiental», como una solución magica para mantener ocupada la mente de los animales prisioneros y que no enfermasen.
El «enriquecimiento ambiental» no tiene en realidad ninguna utilidad, y se fundamenta en creer que los animales no tienen la minima inteligencia, y que pueden colocarles cualquier comida escondida en un recinto de pocos metros cuadrados o juguetes, y ellos gastarán mucho tiempo buscandolas. Al segundo día ellos ya saben donde todo estará escondido, mejor que los tratadores, que pierden su tiempo en esas inutiles tareas.
Si fuese séria la preocupación de los zoológicos por la salud mental de sus inocentes prisioneros, tomarían medidas simples como quintuplicar el area de los recintos, dejar total libertad día y noche para los prisioneros moverse de un lugar a otro, suspenderían el asedio del publico cerca de los animales, dando para ellos zonas de privacidad, donde los visitantes no consiguiense perturbarlos.
Sin embargo, esto no interesa a los zoológicos, ya que el area que tienen es pequeña y deben aprovecharla bien, los animales deben estar frente al publico para ser apreciados completamente y asediados sin tregua, cuando las familias crecen mucho los hijos son separados, generando profundos disturbios psiquicos en los jovenes, y angustia en los padres y la familia que es dividida.
Si, en realidad, aquellos que manipulan la vida de millares de primates en zoológicos y exhibiciones en el mundo, desean el bienestar de los mismos, deben dejar de engañarlos a ellos y a nosotros, fingiendo que esas sus acciones generan felicidad. Acaben con la visitación pública, aumenten los recintos sustancialmente, dejen los animales libres en su territorio día y noche. Ese es el mejor enriquecimiento ambiental para todos los millones de animales que tuvieron el maldito destino de viver en cautiverio.
Dr. Pedro A. Ynterian
Presidente, Proyecto GAP Internacional