No sabemos lo que se esconde en esa preferencia y por qué algunos individuos la desarrollan, pero el amor por calzados de tipos tenis es algo que algunos chimpancés manifiestan a todo momento. Guga, Noel, Carlos, Tiao, Claudio, Emilio y Luke, todos ellos desean tener un tenis con ellos, aunque pienso que Guga es el más fanatizado.
Ahora mismo anda con tres tenis para arriba y para abajo, a vezes los lleva en la boca, para que no lo perjudiquen al andar, otras vezes los va lanzando hacia adelante y los va recogiendo a medida que avanza.
Sin, embargo, en los ultimos años la situación llegó al extremo, que hasta piden a aquellos que nos visitan por razones de trabajo, para que les donen los que están calzando.
Mi hija Carolina, cuando va al Santuario, dos o tres vezes por año, lleva tenis viejos (pero en buen estado), que los usa frente a Guga, ya que él inmediatamente que la ve se los va a pedir. Es solo tirarlos de los pies y entregarselos que Guga comienza a dar los gritos de alegria tipico de los chimpancés.
Días atrás sucedió una escena que vale la pena relatar. El día que Carolina nos visitó y donó su tenis, el Prof. Dr. Antonio Carlos da Costa, médico especialista en Cirugia de Manos y Microcirugia de la Santa Casa de S. Paulo y del Hospital Sirio-Libanes, nos visitava para una cirugia que fue realizada en un tumor, en un dedo de la mano del chimpancé Pinho (Felipito).
El Dr. Antonio Carlos ya nos había visitado otras vezes, sabia de la mania de Guga y trajo un par de tenis usados (en buen estado) y los calzó. Como Guga ya había ganado un par de mi hija, lo llevamos al recinto contiguo, donde otros dos fanaticos por tenis aguardaban. Carlos recibió un tenis y Tiao el otro. Guga vió la operación.
Dos días más tarde, Guga andaba con sus dos tenis y se encontró con Tiao, que andaba con el tenis de él. Yo le dí un envase de refrigerante helado sabor Cola a Guga, pero él me pidió que se lo entregase a Tiao, con el proposito de conseguir el tenis. Ya antes él me habia pedido el tenis que Tiao tenia, y le había explicado que yo no podría retirar el mismo a la fuerza. Entonces, como él sabe que Tiao adora refrigerante, percibió que en ese intercambio podría conseguir el ansiado tenis. Le ofrecí a Tiao el envase y le dije que era para cambiar por el tenis, lo cual concordó, y se lo entregué a Guga.
No sé hasta que punto Tiao entendió que el refrigerante era para Guga y él se lo cedió a cambio del tenis, pero como él es muy goloso, acceptó al intercambio. Después de consumir la bebida, viendo a Guga con su tenis y riendo en su cara, entendió que había hecho un mal negocio, llenó su boca de agua y dió un baño a distancia en Guga.
Los chimpancés del Santuario – especialmente aquellos que nosotros criamos – están acostumbrados al intercambio o la permuta. Ya estuvimos en situaciones dificiles, cuando ellos estaban en poder de llaves, candiados, telefones celulares y otros objetos, en que la unica forma de conseguirlos de vuelta era negociando con ellos. Una vez, para conseguir mi llavero, tuve que gastar 3 envases de refrigerantes. Ellos saben medir la importancia del intercambio que tienen en manos y calcular el valor a ser permutado.
Estas pequeñas historias que suceden con frecuencia en el Santuario, nos permiten apreciar las similaridades en la conducta que ellos tienen con nosotros, así como su grado de habilidade e inteligencia.
Dr. Pedro A. Ynterian
Presidente, Proyecto GAP Internacional
Imágenes de Guga y Tiao; Tiao nervioso y del momento del intercambio del refrigerante por el tenis.