OTRO MARTIR QUE CAE
Como varios de sus compañeros, caídos en la batalla contra los humanos insensibles, que los abatieron a base de torturas médicas, George podría haber vivido muchos años más y disfrutado la vida en un Santuario, junto con su familia y amigos. George también murió prematuramente, su corazón debilitado por las decenas de sustancias misteriosas inoculadas en su sistema sanguineo, para medir su reacción, las decenas de biopsias realizadas y centenas de remedios ingeridos lo llevaron antes del tiempo de este mundo.
El murió de un ataque cardiaco, rodeado de su familia y amigos, cuando se bañaba en el sol floridano en su amada isla, donde vivió desde el 2007. George era un chimpancé gentil, amoroso, que no tenía odio en su alma y disfrutaba de la amistad de sus iguales y de los tratadores humanos, a quién siempre recibía con alegria.
Cómo es posible alguien hacer mal a un ser así? No se sabe exactamente cuándo él nació. Varios “Georges” dieron entrada en la Base de la Fuerza Aerea Norteamericana de Holloman entre 1963 y 1973, uno de ellos era él. Para los militares norteamericanos poco importaba la historia y el nombre, era un primata a mas para ser usado en experiencias. Después de algunos años, fue despachado como un objeto a un laboratorio médico, y de ahí a otros, hasta llegar a la maldita Fundación Coulston, donde fue usado como un reproductor en la decada del 80. Tuvo 8 hijos, 4 de ellos con Kitty, chimpancé que actualmente vive en el Santuario Cleveland Amory Blank Beauty Ranch, en Texas.
En 2002 el alma de George y de la primatologa Dra. Carole Noon se encontraron y ella lo trajo para su Santuario de Florida, ofreciéndole algunos años de vida digna y decente, algo que nunca tuvo, siempre en manos de humanos sin ecrupulos, que lo torturaron hasta llevarlo al borde de la muerte.
Aquellos que conocieron a George lo apreciaron por su personalidad y sus virtudes personales. Muchos lloraron el dia 2 de octubre pasado, cuando él entregó su alma al Creador en el Santuario Save the Chimps. El ejemplo de George, como de tantos otros, sacrificados en el altar de la codicia y del egoismo humano, servirá de ejemplo para que esto pare de suceder.
Dr. Pedro A. Ynterian
Presidente, Proyecto GAP Internacional