22% de los gorilas de la montaña (Gorila beringei beringei) del Parque Nacional Impenetrable de Bwindi, en Uganda, están contaminados con E. Coli, de origen humana, con resistencia a por los menos dos antibióticos. Cuando se compara con gorilas selvajes, sin contacto con los humanos, sean guardias, cientistas o ecoturistas, la contaminación cae para 2%.
En el sistema de Ecoturismo practicado con los gorilas de la montaña, tanto en Uganda, como en Ruanda y en el Congo, los guardias florestales aproximanse de ellos, pero sin contacto físico y mantienen a los ecoturistas a una distancia de algunos metros del grupo de gorilas observados y por un tiempo de 1 hora, pero estas precauciones no han sido suficientes para impedir la transmisión de bacterias de origen humana a los primatas.
El trabajo que llegó a estas conclusiones fue realizado por el medico veterinario Innocent Rwego, de la Universidad de Makerere, de Kampala, capital de Uganda.
Este ecoturismo que se practica en gran escala con los gorilas de la montaña, genera divisas y empleos para varios países africanos, permitiendo que las poblaciones locales le den una cierta protección a su fuente de rentas, que son los gorilas, y que sufrían, y todavía sufren en menos escala, con la caza y la destrucción de su hábitat.
Esta nueva realidad que está siendo colocada públicamente a través de este trabajo presentado por el veterinario ugandés en el Foro Internacional de EcoSalud, realizado recientemente en Mérida, México, fue reportado por el periodista Bernardo Esteves, que participó del evento por cuenta de la Federación Mundial de los Periodistas de Ciencia, y abre un debate si esta forma de ecoturismo puede continuar en las condiciones que hoy se realiza.