La chimpancé hembra Bruna nació en 1988 y llegó al Santuario de Grandes Primates de Sorocaba, Sao Paulo, Brasil, en 2004. Es una de tantos otros chimpancés que sufrieron mucho en los circos.

Vivió en el Circo García durante 15 años, la mayor parte del tiempo confinada en una pequeña jaula. La situación fue tan catastrófica que, en el momento de su rescate, fue necesario aserrar su jaula para poder sacar a Bruna. Creció dentro de la jaula durante años, sin salir, y su tamaño creció más que la puerta.

Habiendo vivido en un lugar extremadamente pequeño durante años, sufre de claustrofobia hasta el día de hoy. Llueva o truene, prefiere permanecer en las áreas al aire libre, especialmente en las canastas en lo alto de las casas, donde hace su nido para dormir tranquila.

A pesar de todo este trauma, Bruna es una chimpancé tranquila, gentil y dócil, y vive en paz con su hermano Carioca.