Dee-Dee nos abandonó
publicado en 09 Nov 2011

ELLA NOS MOSTRÓ EL CAMINO

Deanna nació el 29 de Marzo de 1994 dentro del tenebroso complejo reproductivo de la Fundación Coulston, en el Estado de Nuevo Mexico. Su madre de nombre Alison y su padre Dave, eran generadores de bebes chimpancés. Alison no perdió su hija al nacer como era habitual, se quedó con ella un año, acompañada de otra madre de nombre Montessa, que también criaba otro bebe de nombre Seve. Dos días antes de Deanna cumplir 1 año, ella y su madre fueron anestesiadas. Cuando Alison despertó, Deanna no estaba más con ella.

Según relata la ficha médica de la Fundación estaba siendo “preparada para ser transportada”. Sin embargo, antes de “ser transportada” fue anestesiada 6 veces para sacarle sangre y hacerle biopsias de su higado. El dia 16 de Diciembre de 1995 la pequeña Deanna fue embarcada al otro extremo del pais, a un otro tenebroso laboratorio de nombre BIOQUAL, en Rockville, Maryland, muy cerca de la Casa Blanca en Washington y del Congreso Norteamericano, que cerraban los ojos y oidos ante la sucesión de torturas a bebes chimpancés.

Ella vivió allí sola, y fue usada en misteriosas experiencias médicas hasta el 2002. En esa epoca ya las denuncias se multiplicaban de lo que sucedía detras de las rejas, jaulas y blancos edificios con nombre pomposos como ese tal “BIOQUAL”. Deanna fue a parar en el 2002 al Instituto Médico de Cancer de Anderson, en Texas, pero continuaba siendo propiedad de la Fundación.

Tal vez nos cruzamos con ella. Nosotros estuvimos allí, todavia sin saber lo que sucedía en el mundo chimpancé, en aquel centro en Bastrop, Texas, con mi esposa, para recibir entrenamiento en el manejo de grandes primates, que estabamos para recibir en el Santuario del GAP en Sorocaba, donde ya se iniciaba nuestra lucha por el resgate de los mismos en el Brasil.

Ya en aquellos tiempos, en el Instituto Anderson, los chimpancés eran cada vez menos usados. A los pocos dÍas de nuestra estadia, el personal de la Facultad de Veterinaria, que administra el centro de experiencias percibió que eramos unos extraños en el nido. No eramos los habituales aliados de zoologicos, ni eramos coleccionista de animales. Eramos posiblemente “enemigos potenciales”. Nosotros queríamos ver las instalaciones para usar esa experiencia en la construcción de los futuros recintos para adultos que ibamos a edificar en el Santuario de Sorocaba. Faltaba poco para recibir el primer grupo de adultos del Criatorio de Chimpancés de Morrete, en el Estado de Parana, que estaba siendo cerrado. Nunca nos enviaron ninguna de las informaciones que solicitamos, al menos conseguimos fotografiar algunas instalaciones, y lo más importante ganar una conciencia mayor en nuestra lucha que se iniciaba por sus derechos. Eso sí lo agradecemos, aunque ellos no lo planificaron así. Vimos también como ellos torturaban centenas de monos Rhesus, en experiencias médicas absurdas.

Deanna ya estaba allí. Tal vez fue ella o algunos de sus compañeros que fueron los primeros chimpancés que nos tiraron heces en señal de protesta. Nunca unas heces de chimpancés fueron tan bienvenidas. Y el mensaje implicito fue captado por nosotros y cuando regresamos al Brasil nuestra consciencia comtemplaba con claridad cuál sería nuestra misión.

Cuando la Dra. Carole Noon asumió la Fundación Coulston en bancarrota, y vió en sus registros que había una chimpancé joven en la Facultad de Veterinaria de Texas, la reclamó y la consiguió de regreso. Sin embargo, en Bastrop quedaron 75 infelices en domos metalicos horribles, que eran las nuevas prisiones que estaban siendo construidas para substituir los antiguos recintos de muros. Deanna consiguió salir de allí y en Nuevo Mexico se encontró de nuevo con Seve, su compañero de juegos cuando era una bebe recién nacida, siendo integrada a su grupo que estaba siendo formado para viajar todos al Santuario Save the Chimps, en Florida.

Seve y Deanna han desarrollado profundos lazos de amistad, y ese ayudó a Seve a soportar sus crisis profundas de angustia mental, que lo llevaban a gritar en forma desesperada y a auto-mutilarse. Estas crisis eran el producto de la separación temprana de su madre Montessa. El mismo caso lo tenemos aqui en Sorocaba, con el chimpancé Pongo separado prematuramente de su madre, colocado en una jaula aislado y enviado a un otro Zoologico, que ni recinto pronto tenía.

Deanna calmaba a Seve en sus crisis de angustia y depresión. Deanna es fanatica por jugar con cartulina, bolsas de papel y diseños. Ella tiene la costumbre, como nuestra Carolina de Sorocaba, de andar envuelta en su frazada por todo su recinto.

Deanna disfruta de la vida con su familia, especialmente con los más pequeños Anna y Hunter. La vida en el Santuario de Florida fue para ella como un milagro en su triste existencia. Sin embargo, Deanna estaba herida de muerte, habían abusado de su cuerpo hasta el paroxismo experimental. El pasado 17 de Octubre, con solo 17 años, aquella linda, dulce y suave chimpancé, abandonó este mundo, que nunca comprendió. Su corazón y sus riñones no soportaron las multiples agresiones que surgieron de manos de médicos humanos y veterinarios, que deshonraron la profesión que juraron un día defender.

Amber, su tratadora en Nuevo Mexico y en Florida, quedó desolada. Ella acompañó la agonia de Deanna y su lucha por sobrevivir… Amber no pudo contener las lágrimas cuando contó los ultimos momentos de su Dee-Dee y solo consiguió agradecer a esta dulce chimpancé por los momentos de felicidad que ambas compartieron en aquel Santuario, que también salvó de más sufrimientos a 300 de sus iguales.

Quizás el espiritu de Dee-Dee, con el cual nos cruzamos en el laboratorio de torturas médicas de Texas, flotó sobre nosotros, casi 10 años atrás, e nos señaló el camino en que nuestras vidas se transformarían, y que ha ayudado a salvar de la muerte directa e indiretamente a decenas como ella.

Dee-Dee no nos abandonó sola… nuestros pensamientos y de centenas de sus iguales la acompañarán para siempre…

Dr. Pedro A. Ynterian
Presidente, Proyecto GAP Internacional