Por Jaqueline B. Ramos *
El Viernes pasado, 18/10, la elefanta hembra Ramba finalmente llegó al SEB – Santuario de Elefantes de Brasil, después de un viaje de 73 horas que comenzó en Chile. Si la noticia de su libertad, trás décadas de maltrato cautivo, ya no era excelente, una decisión inédita de un juez fue la cereza del pastel.
Unos días antes de que comenzara el viaje de traslado de Ramba, e Juez Leonísio Salles de Abreu Junior, del 1er Juzgado Civil de Chapada dos Guimarães, región donde se encuentra el santuario, en el estado de Mato Grosso, prohibió al Gobierno cobrar del santuario aproximadamente R$ 50,000 en ICMS, y la justificativa presentada es muy simple: Ramba no es una cosa, no es un producto de importación.
Abreu Junior argumentó que, en términos prácticos, el elefante Ramba no fue adquirido por la entidad (santuario) ni pertenece a él en términos patrimoniales, por lo que no puede considerarse como mercancía o bien comprado para fines de importación.
«Su posición, lejos de ser una mercancía (como lo fué en la vida de explotación que sus antiguos dueños le presentaron), ahora es la de un huésped, que busca para sí mismo un nuevo destino al margen de lo que el mal humano ya le ha causado», señaló el Juez en su decisión.
El ICMS generalmente se aplica a cualquier transacción que implique la transferencia de animales en el país, independientemente de su naturaleza. Esto hace que la decisión de Abreu Junior sea un hito y una contribución muy significativa a los esfuerzos de los abogados que trabajan para el reconocimiento de los derechos de los animales no humanos en todo el mundo.
Además de la naturaleza fiscal, el Juez agregó la perspectiva de la crueldad animal en su justificación. “No se puede olvidar que la recaudación del impuesto, con posibles retenciones aduaneras, implicaría demasiado sufrimiento para Ramba, potenciado por el inmenso estrés físico y emocional causado por el transporte aéreo. Sumado a esto, la imposibilidad estructural de permanencia del animal ya informada vehementemente y con cierta preocupación por parte de la administración del aeropuerto de Viracopos, donde desembarcará y desde dónde irá a su nuevo hogar ”, concluyó.
El viaje de Ramba
Ramba tiene 52 años y desde 2012 vive en un pequeño granero en el Safari Park Rancágua en Chile. De hecho que el traslado al parque ya fué considerada una conquista jurídica, después de ser rescatada de un período de más de 30 años de exploración de circo, en Argentina y Chile.
Las condiciones de vida en el granero obviamente no eran ideales – estaba sola en un área pequeña y enfrentaba el duro invierno chileno. Después de algunos años de negociación y de trabajo conjunto con la ONG local Ecópolis, Global Sanctuary for Elephants (GSE) y el Santuario Brasileño, la transferencia de Ramba a una vida pacífica en un espacio adecuado y en contacto con otros elefantes fué finalmente viabilizada.
Las noticias del Santuario no podrían ser mejores. «Rambita» ya está compartiendo su casa / habitación con Rana y Maia, otra residentes del Santuario, se acercó a su nueva amiga para darle la bienvenida. También está disfrutando de los merecidos baños de barro y arena y su piel ya tiene un tono rojizo saludable.
Lea más sobre Ramba en su nuevo hogar siguiendo la página de Facebook de SEB – https://www.facebook.com/santuariodeelefantes/
* Gerente de Comunicación de GAP Brasil / Proyecto Internacional y periodista de Ambiente-Comunicação