De los árboles para el suelo
publicado en 13 Ago 2009

Estudio con primates concluye que el bipedalismo humano, tiene su origen en un ancestral que prefería los árboles para transladarse, no sólo de forma semejante a la usada por los gorilas

Divulgación Científica

11/08/2009

Agencia FAPESP – Un nuevo estudio, hecho a partir del análisis detallado de los huesos de diversas especies de primates, refuerza la noción de que la característica humana de andar en dos piernas, evolucionó a partir de ancestrales que vivian en árboles y no en el suelo. La pesquisa hecha por cientístas de la Universidad de Duke, en los Estados Unidos, también indica que la forma de andar sobre los nudos de los dedos, común a los primates cuadrúpedes, evolucionó principalmente, en por lo menos dos momentos distintos, distinguiendo gorilas, de chimpancés y bonobos.

El trabajo, hecho por Daniel Schimitt, profesor de antropología evolutiva, y su orientada de pos-doctorado Tracy Kivell, será publicado ésta semana, en el site y en breve, en la edición impresa de la revista Proceedings of the National Academy o Sciences. El debate sobre el origen del bipedalismo humano, viene desde la época de Charles Darwin, dividiendo los cientistas del área, en la defensa de dos modelos distintos.

El primero, explican los autores, estiman que el ancestral pre-humano se transladaba sobre los nudos de los dedos, «comportamiento frecuentemente usado por nuestros parientes vivos más próximos, los primates Africanos». El segundo modelo, defiende que el bipedalismo comenzó en los árboles, con el ancestral humano, posteriormente pasando a caminar en el suelo.

Los defensores del primer modelo, apuntan que tanto el hombre como los primates Africanos, evolucionaron a partir de un ancestral que caminaba con los nudos de los dedos. Esa conexión, afirman, todavía estaría evidente en las características de los huesos de la muñeca y de las manos, compartidos por primates Africanos y por el hombre moderno y sus antecesores inmediatos.

Pero Tracy Kivell observó lo contrario al comparar los huesos de las muñecas de ejemplares jóvenes y adultos de chimpancés y bonobos, los primates actuales más próximos al hombre, con los de gorilas.

Características fundamentales asociadas con el andar sobre los nudos de los dedos, estaban presentes en apenas el 6% de los ejemplares de los gorilas estudiados. Pero las misma características fueron identificadas en el 96% de los chimpancés adultos y en 76% de los bonobos. Fueron analizados 91 ejemplares de gorilas, 104 de chimpancés y 43 de bonobos. Para Tracy y Schmitt, una explicación para la ausencia de tales detalles en gorilas, sería el hecho de que la forma de caminar sobre los nudos de los dedos en esos animales, es diferente a la verificada en chimpancés y en bonobos. Éstos dos últimos caminan de manera más flexible, con las muñecas en posición doblada.

El hecho de doblarlas más, implica en usarlas más, aumentando el desgaste de las articulaciones.
Como resultado, las muñecas de los bonobos y de los chimpancés, tienen detalles característicos, ausentes en los gorilas: pequeñas concavidades que sirven para sujetar los huesos y evitar que se doblen en demasía.

«Esa diferencia salto ante nuestros ojos», dice Schmitt.; «Cuándo nos preguntamos el motivo de esa diferencia, la respuesta fué clara: chimpancés y bonobos pasan mucho tiempo en los árboles y los gorilas no».

Según los cientistas, el ancestral pre-humano, pasó un tiempo en los árboles, antes de preferir el suelo y comenzar a caminar con las dos piernas, de forma erecta; uno de los mejores marcos en la evolución del hombre.

El artículo Independent evolution of knuckle-walking in African apes shows that humans did not evolve from a knuckle-walking ancestor, de Tracy Kivella y Daniel Schmitt, podrá ser leído en breve, por los suscriptores da Pnas en www.pnas.org.