INTEGRACIÓN EN EL PARANA
Omega nació en las selvas africanas, todavia bebe fue llevado para el Libano, donde trabajó en un bar, sirviendo agua para narguilé. Cuando llegó a ser adolescente fue trancado en una jaula de un Zoológico perdido en una villa, en el interior del pais. Omega era viciado en cigarros y cuando llegó al Brasil quedó famoso, pues era un chimpancé fumador, que dejó de serlo al mudar de vida: del infierno al paraiso. Omega es un chimpancé tranquilo, jugueton, amoroso y que se quedó solitario durante meses aguardando una compañía.
La compañía llegó y nada menos que de Israel, y de nombre Judy, procedente de un pequeño Zoológico particular de aquel pais, que ya tenia enviado otros dos chimpancés para el Santuario del Instituto Anami, en el Estado de Parana (sur del Brasil), afiliado al Proyecto GAP.
Dias atrás el momento tan esperado llegó. Ya, durante 10 dias, Judy se quedaba visualizando a Omega, sin embargo, sin contacto fisico. Cuando esto sucedió terminó con una brazo estrecho y los gritos de alegria comunes en los chimpancés, especialmente de la parte de Omega, que nunca antes había convivido con otro igual a él.
A pocos metros de distancia, otra integración también sucedía. Mizrahi, que había llegado más de un año atrás, procedente de Israel, se juntaba con Jena, de la misma procedencia. Aquí la integración fue hasta más rapida, porque posiblemente ellos ya se conocían en algun momento de su vida en aquel minusculo Zoológico.
Los grandes simios, en muchos sentidos, dan lecciones de vida a nosotros humanos. Aquí tenemos una para ser asimilada. Mientras en el Oriente Medio existen conflictos de centenas de años, dos chimpancés que vivían divididos por las mismas fronteras, que los humanos crearon artificialmente, se juntan en un abrazo emotivo y significativo. En el caso de ningun primate, humano o no, las fronteras no pueden convertirlos en enemigos irreconciliables.
Sigamos ese ejemplo y la Paz del mundo será más real y verdadera!
Dr. Pedro A. Ynterian
Presidente, Proyecto GAP Internacional