CAROLE NOON RECUERDA A CARRIE
publicado en 13 Ago 2008

Carrie nació en Africa 46 años atrás. Fue capturada todavia bebe y enviada a los Estados Unidos, siendo vendida en 1963 al Instituto de Estudios de Primatas, donde se hacían experiencia de la capacidad cognitiva y de la comunicación de los primatas. En 1985 Carrie fue vendida al Laboratorio LEMSIP (de experiencias médicas y quirurgicas). LEMSIP era clasificado como el primer laboratorio «totalmente interno», donde los chimpancés quedaban en jaulas sin nunca ver el sol, suspendidas a 1 metro del piso, para que sus heces e liquidos biologicos cayesen por gravedad y no fuese necesario limpiarlas. Durante el tiempo que allí se quedó, Carrie fue usada en los programas de hepatitis y rinovirus, y sufrió incontables biopsias de higado y extracciones de muestras de sangre. Carrie también fue usada como reproductora, y tuvo por lo menos ocho bebes que nunca consiguió criarlos, ya que se los retiraron a los pocos dias de nacidos.

Cuando LEMSIP cerró en 1996, Carrie fue vendida a la Fundación Coulston, un laboratorio biomedico con el peor historico de malos tratos a los primatas así como de violaciones a la Ley de Protección Animal. Durante su estancia en Coulston, comenzó a recibir medicación para el corazón, el cual estaba debilitado. En 2002 el Santuario Save The Chimps compró las instalaciones de la Fundación Coulston que estaba quebrada, y junto vinieron 266 chimpancés que Fred Coulston mantenía en el local. Afortunadamente, Carrie nunca más será vendida.

Con la compra del Laboratorio Coulston, el Santuario Save The Chimps se convirtió en el Santuario de chimpancés mayor del mundo, y la vida de Carrie inmediadamente cambió para mejor. Ella comenzó a recibir comidas con frutas y legumbres frescas, frazadas, actividades de enriquecimiento ambiental, y fue capaz de convivir y socializar con sus iguales, sin embargo, mas importante que lo anterior, ella recibió amor, compasión y respeto por la primera vez en su vida.

En 2005 Carrie formó parte del primer grupo de chimpancés relocalizados de Nuevo Mejico (donde estaba la Fundación Coulston) para el Santuario de Florida. Carrie disfrutó de la vida con su familia y la exposición al aire libre por la primera vez en su triste historia, desde cuando fue capturada en su pais africano ignorado. Infortunadamente, los años de abusos dejaron su salud debilitada y en el año de 2007 la misma comenzó realmente a declinar. Desde ese momento, la salud y el apetito de Carrie tenían altos y bajos. Para mejorar la calidad de vida de ellla, en sus ultimos dias, colocamos su nombre en una bandeja de la heladera, y desde allí ella podía escoger los alimentos que más deseaba.

Pronto llegó a ser evidente que Carrie no estaría con nosotros por mucho más tiempo. En el ultimo esfuerzo para prolongar su vida, los tratadores del Santuario intentaron que ella se quedase dentro de las instalaciones en los dias más calientes y humedos del verano floridano, sin embargo, ella insistía en salir, y siempre emprendía su camino para la isla grande. No era de sorprender su actitud, su determinación siempre fue unica y ella insistía diariamente en ir para fuera, no importandole lo humedo y caliente del clima. En fin, ella había gastado su vida dentro de cuatro paredes, sin ver el sol, y ahora no quería abandonar este privilegio. Los tratadores la dejaban que hiciera su voluntad, y al yo ser consultada solamente conseguí responder «si eso es lo que ella quiere, dejenla».

En la tarde del dia 27 de Junio de 2007, yo percibí que Carrie estaba con dificultades en respirar, estando en la mitad del camino de la Isla al dormitorio, justo en el medio del puente. Los chimpancés del grupo de ella que regresaban para el almuerzo, pararon en su camino y la miraron con cariño. Peggy, su mejor amiga, la acompañó durante algunos minutos y fue la ultima a entrar en el comedor. Cuando quedó sola, nosotros, sus amigos humanos, fuimos a su encuentro en la isla. Queríamos estar con ella cuando la vida se escapaba de su cuerpo. Y suavemente ella se fue.

«La muerte de Carrie fue una de las muertes más pacificas que he experimentado, tal vez porque ya estaba preparada, o tal vez porque aquella maravillosa señora tenía marcado con su presencia la vida de los humanos y chimpancés, o quizas porque ella murió en su amada isla. Con su alma y su espiritu, Carrie entregó su vida, rodeada de todos los que la supieron amar, con una increible expresión de paz en su rostro.»

Dra. Carole Noon»