El cuidador platense que se enamoró de los chimpancés
Está a cargo de la jaula donde habitan los cinco ejemplares naturales de Africa con que cuenta la Ciudad. Una singular historia de convivencia
El cuidador de los chimpancés del Zoológico de La Plata fue elegido por una conservacionista de monos carayá, la cordobesa Alejandra Juárez, para que la acompañe a cumplir su sueño en el ciclo de Julián Weich «Todo el posible». Así, el platense Martín Davids, el mejor amigo de «Tomy» y «Judy» en el predio del paseo del Bosque, vivió una experiencia única en Brasil que será reflejada esta noche, a partir de las 21, en Telefé, y que lo mostrará en una de las mayores reservas faunísticas de Sudamérica.
«Visitamos el Santuario de Chimpancés de Sorocaba, en San Pablo, donde 53 animales viven como aspiro a que vivan los de nuestro zoológico, es decir, privilegiando sus necesidades por encima de cualquier otra cuestión. Fue una vivencia increíble», contó Davids, a cargo de la jaula donde habitan los cinco ejemplares naturales de Africa con que cuenta la Ciudad: «Tomy», «Judy», la pareja que integran «Pueque» y «Punia», y su hija «Zuri».
La visita se realizó al predio del que es dueño Pedro Ynterián, un especialista en chimpancés que preside a nivel internacional el Proyecto Gran Simio -GAP-, del que Juárez es responsable en la sede de la entidad en Córdoba. Ese ámbito tan especial, pionero de cuatro de similares características e inaugurado en 2000, está preparado para alojar a los primates que necesitan abrigo. El espacio cuenta, además de con todo lo necesario a nivel veterinario, con una instalación que se denomina «escuelita» y que funciona para el desarrollo cultural y social de los monos. Todos los recintos están interconectados para facilitar el movimiento y la comunicación de los animales.
UN AMOR QUE LO «ENJAULO»
Aunque Juárez fue la destinataria del «sueño a cumplir» por parte de la producción del programa de Weich, para Davids, que conoció a la proteccionista en una charla que brindó hace varios año en el zoológico cordobés y de ese contacto surgió la invitación de la experta en carayás, también representó, de alguna manera, la concreción de un viejo anhelo. Y es que este particular guardián de monos cumplió distintas funciones en el Zoo platense antes de convertirse en cuidador, pero a los 13 años, cuando le faltaban cuatro para ingresar al paseo como voluntario de guías, ya soñaba con realizar un viaje que lo llevara a las junglas de animales exóticos. Su amor por la colección local lo «enjauló», como le gusta definir su larga trayectoria, y finalmente nunca sacó pasaje al Africa. De ahí que encaró la propuesta de Juárez con un singular interés.
Una historia de casi cuatro décadas ligan a este hombre de 58 años a los chimpancés más antiguos del Zoo. Cuando era un adolescente, en 1971, y todavía estudiaba en la secundaria, fue convocado por el doctor Videla, una eminencia en la facultad de Veterinaria de la UNLP y precursor del Servicio Educativo de Guías del paseo. Accedió a un puesto «ad honoren» y mientras tanto siguió con distintas formaciones académicas; entró en la carrera de Biología y también cursó materias del Magisterio, pero finalmente el «oficio» pudo más y dejó las clases. Todo lo que hoy sabe sobre esta sofisticada especie que, aseguran los conocedores, comparte el 99,4 por ciento del ADN con el ser humano, lo aprendió de su relación permanente con los monos.
Davids fue encargado del área de Guías, luego jefe de la división de Biología, y comenzó a especializarse en la atención de chimpancés. En 1980, con la llegada de «Tomy», un ejemplar de tres años y medio que venía de un importante circo internacional y se quedó como único en su especie en la colección platense, se convirtió en el «padre adoptivo» del nuevo huésped. Lo mismo sucedió, años más tarde con «Judy», aunque con ella, que se incorporó adulta (a los 18 años), la empatía fue un poco más difícil de lograr.
LOS AMIGOS TOMY Y JUDY
Por esa razón, aunque es el cuidador de todos los chimpancés del ambiente, Davids mantiene un apego singular con «Tomy» y «Judy». No sólo los alimenta y detecta cualquier síntoma con el que debe dar el alerta al equipo de veterinarios. Con ellos juega y se conecta a través de lo que llama «mimoterapia», se vincula a través del «despiojamiento», por caso, que entre los simios equivale a la caricia humana, de manera que puedan superar -aún, después de tantos años- los estragos que hizo en ellos el «mascotismo» (adoptar animales salvajes y pretender domesticarlos). «Llegaron humanizados, no conocieron la vida social ni familiar dentro de su especie, que para crecer necesita una madre al lado hasta los siete años. Hay que tratar de revertir las carencias conductuales que padecen. «Tomy» tiene 35 años y «Judy» 29, y no se han recuperado de las consecuencias del aislamiento; por ejemplo, no saben reproducirse, porque igual que las personas deberían haber tenido educación sexual, que en este caso se consigue a través del grupo».
Muy distinta es, en cambio, la situación de «Pueque» y «Punia». Ambos son producto de un proyecto de reproducción del Zoológico de Basilea, Suiza. Se criaron en el contexto de su especie y llegaron a La Plata como pareja. Mejor aún es la historia de la pequeña «Zuri», hija de esa unión. Es el primer chimpancé que nació en La Plata (en 2004) y vive con sus padres en el mismo ambiente que «Tomy» y «Judy», pero separados de la dupla de amigos por una reja, justamente por los problemas de convivencia de los más veteranos.
CASI COMO FAMILIARES
Tanta ha sido la dedicación de Davids a sus «queridos monos»; tanto ha puesto en su cuidado (cumple su horario asignado a la mañana, pero todas las tardes se da una vuelta por el Zoo para jugar con «Tomy» y «Judy») que hasta postergó algunos proyectos vitales. «Me casé recién a los 49 años, porque estaba muy ocupado. Y ahora los hijos y nietos de mi mujer son mis hijos y mis nietos, pero los chimpancés del Zoológico son también, de algún modo, como parte de mi familia», contó el cuidador al que se verá esta noche haciendo posible un sueño que aunque no es el propio de alguna manera le pertenece.
http://www.eldia.com.ar/edis/20120527/el-cuidador-platense-enamoro-chimpances-laciudad15.htm